martes, 10 de abril de 2012

Hoy estoy... ¿rebelde?

Hoy me he levantado... ¿rebelde?

Con ganas de borrar todo y cuenta nueva, sí, hacer borrón y cuenta nueva.
Hacer un exhaustivo análisis, qué hice bien, qué hice mal, qué me asustó, qué aprendí.
Pasar el antivirus a mi vida, quitar las malas cosas, eliminarlas directamente sin mandarlas al baúl.

Corregir las actitudes que me frenan, identificar mejor mis metas y luchar por ellas.

Incluso, tal vez, ceder, dejar de caminar en solitario... aunque si me estoy sincerando debería aceptar y decirlo en voz alta (en su defecto escribirlo en negrita) que me aterra...

Creo que tengo algunos lastres, manías, hábitos que podría quitar para volver mi tiempo más eficiente.
Creo que puedo mejorar muchos aspectos que he estado dejando en segundo plano, ya estoy lista para ello.
Creo que puedo dejar de mirar, callar por no molestar.
Creo que debo volver a observar, callada, escuchando pero tratando de no volver a intimidar... hallar el punto medio que ahora no tengo. ¿Por qué tengo tantas cosas que decir?
Creo que debo empezar a creer en mi misma en aquellos aspectos en los que vacilo.
Creo que si lo escribo me obligaré a hacerlo.

Sin embargo, no tengo más remedio, quiera o no, los cambios llegan siempre, son inevitables pero a veces siguen una progresión, evolución o son imperceptibles pero los hay que son revolución, que ponen tu vida patas arriba, que te dejan sin aliento, te asustan, te descolocan, pierdes el rumbo y te escondes... lloras, pataleas, te quejas... y eso es perder el tiempo.
Enfréntate, decide, se fuerte y no solo lo aparentes, capea el vendaval y llega lejos con el. Iza las velas y navega a una nueva dimensión...
Mi amiga me dijo: "si tienes que decidir, escoge la que más miedo te da" y así es, puesto que sólo de ese modo aprenderás, crecerás y no sentirás que estás varada, sin viento, atrapada... es lo que nos funciona a las que somos de mi especie.

¿Rebelde? por qué lo pregunto, porque no entiendo que sea rebeldía, creo que llevo demasiado tiempo sentada en el mismo lugar, mirando el mismo punto fijo, dejándome llevar. De vez en cuando me pasa, me olvido de arrear a los caballos, suelto las riendas y les dejo escoger el camino. Entonces, un salto por una piedra, una rama demasiado baja, un rayo de sol... me despiertan de mi letargo, asustada por no saber donde me hallo y, esperando que no sea demasiado tarde, escojo el camino a continuar.

¿Será todo esto debido a que finalmente llegó la primavera que siempre es un punto de inflexión anual en mi vida o será algo que tiene unas raíces más profundas?

El tiempo lo dirá porque yo decidiré marcar el ritmo.

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